El cuerpo humano está diseñado para trabajar todos los días, 7 de cada 7. No hay motivo para preocuparse por el sobreentrenamiento. Si la alimentación y el entrenamiento son precisos y bien organizados, nuestro cuerpo es perfectamente capaz de entrenar todos los días y recuperarse adecuadamente.
Hay 3 razones principales por las que puede tener mucho sentido hacer ejercicio todos los días.
1. Quemas más grasa
Es bastante obvio: cuanto más movimiento hacemos, más calorías quemamos, más grasa perdemos. Esto no solo está relacionado con el entrenamiento en sí, sino también con el famoso EPOC (Exceso de Consumo de Oxígeno Post-ejercicio). Nos referimos a que después de un entrenamiento nuestro cuerpo necesita más oxígeno para recuperarse y en consecuencia quema más calorías. Cuanto más alto es el EPOC, más calorías quemamos.
El entrenamiento con pesas, especialmente con cargas elevadas, es excelente para subir el EPOC y es por ello que si queremos reducir la masa grasa, el entrenamiento con pesas se convierte en nuestro mejor aliado.
Mientras que quemar calorías mientras hace ejercicio es importante, aún más importante para reducir la masa grasa es la cantidad de calorías que quemamos mientras NO hacemos ejercicio. Pensémoslo: el entrenamiento más largo puede durar hasta 2 horas. En un día de 24 horas, 2 horas es un pequeño porcentaje (menos del 10%). Por lo tanto, maximizar el gasto calórico en las 22 horas restantes se vuelve crucial para reducir la masa grasa.
Entrenar cada día acentúa al máximo esta condición y por tanto es perfecto si nuestro objetivo es reducir la masa grasa. La nutrición, por supuesto, juega un papel fundamental en cualquier caso.
Además, los días de descanso son a menudo durante el fin de semana y entre el sábado y el domingo la mayoría de las personas comen de manera diferente, cometen demasiados errores, solo para sentirse culpables y comenzar de nuevo el lunes siguiente. Entrenando siempre, incluso los fines de semana, los errores serán menores. ¿Qué significa? Que podríamos usar una pizza o sushi como comida post-entrenamiento minimizando los efectos”negativos” de estos alimentos y, de hecho, los utilizaríamos a nuestro favor para intentar mejorar la recuperación post-entrenamiento.
2. Mejor crecimiento muscular
Hacer ejercicio todos los días nos permite entrenar cómodamente cada grupo muscular varias veces a la semana. 2, 3, 4 veces o incluso todos los días, dependiendo de nuestro horario de entrenamiento.
¿Cuál es el beneficio? Al hacerlo, le estamos dando a nuestros músculos una entrada continua de crecimiento cada vez más frecuente, ya que estamos estimulando la síntesis de proteínas con mayor frecuencia dentro de los diversos grupos musculares.
Uno de los principios cardinales para el crecimiento muscular, además de la sobrecarga progresiva, es el volumen de entrenamiento (generalmente dado por el número de series x repeticiones x kg empleadas para cada grupo muscular). Consiguiendo aumentar periódicamente el volumen de entrenamiento se consigue un crecimiento muscular. Entrenando todos los días, por lo tanto, será más fácil administrar el volumen de entrenamiento, ya que podríamos distribuirlo en 7 días en lugar de solo 4 o 5, decidiendo dónde poner más énfasis agregando algunos ejercicios o series más.
Por lo tanto, la frecuencia y el volumen de entrenamiento deben estar correctamente equilibrados para permitir que cada grupo muscular se recupere lo suficiente para la siguiente sesión de entrenamiento. Cuanto mayor sea la frecuencia de entrenamiento de cada músculo, menor será el volumen de entrenamiento de ese grupo muscular en cada sesión, precisamente para facilitar la recuperación.
Con el programa de entrenamiento adecuado podemos, por tanto, decidir hacer mayor hincapié en los grupos musculares deficitarios sin correr el riesgo de exagerar o no recuperar lo suficiente entre una sesión y la siguiente.
3. Mejor salud general
Los efectos del entrenamiento en nuestro cuerpo son múltiples. Entre ellos se encuentran efectos muy positivos sobre las células de nuestro sistema inmunológico. los genes»activadoDespués del ejercicio, intervienen en la regulación de la inflamación de nuestro organismo, la comunicación entre células, la transmisión de señales, el crecimiento y la recuperación.
En general, la investigación muestra que el ejercicio frecuente y desafiante induce una respuesta proinflamatoria inmediata, pero también se producen cambios en algunos de los marcadores antiinflamatorios.
Por lo tanto, la actividad física prolongada y regular parece promover un entorno antiinflamatorio, lo que reduce el riesgo de desarrollar enfermedades inflamatorias como la aterosclerosis u otras afecciones como la depresión, las enfermedades cardiovasculares, el cáncer y la diabetes tipo 2.
¡Ya no tenemos excusas para tomarnos días libres!