Calcular las calorías de lo que estás comiendo es muy importante para perder peso o simplemente no engordar y mantener el peso a raya. Aunque no siempre es tan fácil: se trata de ‘preguntas’ y fórmulas matemáticas. Pero vamos en orden. Cada alimento se compone de tres nutrientes principales (lípidos, proteínas y carbohidratos) que juntos aportan la cantidad calórica total del alimento. ¿Un ejemplo? Un gramo de grasa aporta 9,3 calorías, un gramo de proteína o carbohidrato aporta unas 4 calorías. En definitiva, para calcular el valor calórico, y por tanto nutricional, de un determinado alimento, hay que armarse de una buena dosis de paciencia -sobre todo para los que no tienen buena relación con los números- y multiplicar la cantidad de grasas. , proteínas y carbohidratos de vez en cuando.
Primer paso: la parte comestible
He aquí entonces que las calorías de un plato se pueden calcular sumando las de cada uno de los ingredientes utilizados, pero teniendo en cuenta el método de cocción utilizado. No solo. Las calorías de cada alimento también hay que tener en cuenta la parte comestible de lo que estamos comiendo. ¿No tienes idea de cuál es la parte comestible de un alimento? No te preocupes porque es simplemente la cantidad real de comida que ingerimos, por lo tanto neta de pieles, huesos u otros desechos. Una alcachofa, por ejemplo, pesa unos 200 gramos, pero no la comemos entera, le quitamos las hojas duras, parte del tallo y las puntas: por tanto, consumimos solo el 30%. Es este porcentaje el que debemos tener en cuenta a la hora de calcular nuestras calorías.
Cálculo de calorías
Cuando haya determinado la porción comestible en gramos de los alimentos que está comiendo, puede continuar con el conteo de calorías. Naturalmente, existen tablas nutricionales o, más sencillamente, Apps que nos pueden decir cuántas calorías contienen 100 gramos de producto, datos a partir de los cuales debemos partir para deducir las calorías de nuestro plato. Pongamos un ejemplo concreto: si estamos cocinando 200 gramos de patatas y hemos comprobado que la parte comestible se refiere a 166 gramos, entonces el cálculo que debemos hacer es el peso de la parte comestible del alimento en gramos multiplicado por las calorías de el alimento 100 gramos de producto (en este caso concreto 85).
sin el saldo
Suele pasar que estás fuera de casa y por ello no tienes a mano la báscula para pesar los alimentos. ¿Cómo hacer entonces? En estos casos, las prácticas unidades de medida que se obtienen utilizando herramientas sencillas y siempre presentes en la cocina como la cuchara, el vaso, los cuencos o el plato vienen en nuestra ayuda: está sobradamente demostrado que utilizar la vinagrera consume mucho más aceite que dosificándolo con una cuchara que contiene ‘solo’ 10 gramos de producto por 90 calorías.
Primeros platos, segundos platos, frutas y verduras
Para pasta, arroz, cebada o espelta, pon el alimento pesado en un bol y evalúa el volumen que has tardado en llenarlo así ya sabrás las dosis para el futuro. Las verduras aportan muy pocas calorías y se pueden comer libremente y en grandes cantidades, incluso más allá de la ración prevista para una comida, pero siempre prestando atención a los condimentos. Para la fruta, la mejor manera es evaluar el volumen de la fruta con su peso (una manzana grande pesa alrededor de 180 gramos, por lo que necesitarás 2 pequeñas para obtener ese volumen y cantidad). Recuerde, sin embargo, no exceder las tres frutas por día. En cuanto al pan, debes saber que el peso depende mucho de la levitación y de la miga que contiene que es mucho más pesada que la corteza, por lo tanto del mismo tamaño de un bocadillo o una rebanada de pan en comparación con otra sometida a un procesamiento diferente puede tener un peso muy diferente. Finalmente, después de muchos cálculos, un poco de libertad: una porción más grande de pescado o carne magra (como pollo o pavo) no afecta tanto su consumo diario de calorías que puede ‘exagerarlo’.