¿Nadar para mantenerse en forma? ¡Absolutamente sí! ¡Los beneficios y secretos de un deporte excepcional! La mejor manera de mantenerse en forma? ¡Nadar! Los beneficios de este deporte son muchos no solo para el cuerpo, sino también para la mente. De hecho, mantenerse a flote en el agua le permite volver a intentarlo. sensaciones intensas que sentimos cuando estábamos en el vientre de nuestra madre. Brazada tras brazada mientras te deslizas por el agua, ya sea dulce o salada, sentirás que tus músculos se aflojan, tu mente se relaja y tu estrés desaparece. Por otro lado, la natación, al igual que cualquier actividad física, favorece la liberación de endorfinas en el organismo, estimulando la hormona del placer.
¿Por qué deberías nadar?
Pocas contraindicaciones y muchos beneficios: la natación es una excelente actividad para mantenerse en forma, pero también para divertirse. Uno deporte completo que desarrolla la máxima resistencia y trabaja en todos los músculos. También es perfecto para personas de cualquier tamaño ya que la carga sobre las articulaciones es casi nula. Lo mismo va para tendones y espalda que estoy a salvo. No sólo eso: la natación estresa los sistemas pulmonar y respiratorio, ayudando a las personas con problemas de asma y realizando una verdadera «gimnasia respiratoria». Pero lo mejor de la natación es que no tendrá que hacer ejercicio por mucho tiempo antes de empezar a sentirse mejor. De hecho, los resultados se verán inmediatamente, dos o tres entrenamientos de treinta minutos a la semana serán suficientes para percibir grandes resultados.
Los beneficios para el corazón
nadar es un panacea extraordinaria para la salud de tu corazón. Inmediatamente descubrirás que tienes un ritmo cardíaco mucho más bajo en reposo y también notarás los beneficios para la presión arterial. También podrás reducir el riesgo de sufrir enfermedades cardiovasculares. ¿La regla principal? Nade tranquilamente durante al menos media hora, luego descanse unos minutos y reanude durante otra media hora.
La garantía de piernas ligeras
La natación es un aliado ideal para contrarrestar la sensación de piernas pesadas y la retención de líquidos. Te ayudará a mejorar la circulación y decirle adiós a la celulitis. Si sueñas con una cara B asesina, toma una tableta, mantente a flote y trabaja en tus piernas. La belleza de la natación, sin embargo, radica en el hecho de que no solo modela las nalgas y las piernas, pero también actúa sobre la espalda, hombros, muslos, brazos, abdominales, favoreciendo el tono muscular. No es casualidad que la natación sea ideal para quemar calorías. La quema de calorías, por supuesto, está ligada a varios factores, como el estilo, la distancia recorrida, la intensidad y el peso. De media, los nadadores consumen unas 400/500 kcal por hora. Luego hay una excelente noticia: una vez que esté bien entrenado, sus músculos quemarán muchas más calorías. Esto se debe a que nadar tiene la ventaja de mejorar tu metabolismo, no solo durante sino también después del esfuerzo. ¿El resultado? ¡Siempre estarás en forma sin sufrir!
¡Saca el estrés!
Es inútil andar con rodeos: ¡nadar te hará feliz! Esta actividad física es fundamental para eliminar el estrés y mejorar la autoestima. Te permite desapegar tu mente de los pensamientos que te preocupan, te ayuda a liberarte de lo superfluo y concentrarte solo en el agua. Básicamente este deporte te permite encontrar un equilibrio psicofísico. Además, mejora la calidad del sueño y te dará una sensación de satisfacción y relajación. Si te conviertes en un nadador asiduo también aprenderás a mirar el mundo de otra manera y a afrontar la vida de otra manera. Este deporte te permite mirar lo que nos pasa desde otra perspectiva, considerando con desapego lo negativo.
Cómo empezar
¿Te has convencido de empezar a nadar? Antes de sumergirte en el agua, prepárate bien. Recuerda siempre empezar de forma gradual, nadando a un ritmo lento y luego afinar tu técnica. Solo así evitarás hacerte daño o sobreesforzarte. Como con cualquier tipo de entrenamiento, es muy importante practicar estiramientos antes de irse. Este es un paso fundamental ya que te permite evitar calambres o molestias, mejorando el rendimiento. Una vez que te hayas preparado y te hayas familiarizado con el agua, puedes variar tu entrenamiento, incluyendo no solo los distintos estilos, sino también las herramientas. Por ejemplo, la tabla de surf, las aletas, el equipo flotante o los remos. Comience con algunos tinas de estilo libre para calentar, luego cambie al estilo llamado «rana», para estimular no solo los abdominales y hacer que todos los músculos trabajen. Para tonificar al máximo las piernas, practica la brazada de espalda manteniendo siempre los brazos estirados a los costados. Finaliza con un enfriamiento, ralentizando el ritmo y volviendo al descanso con unas vueltas de estilo libre a un ritmo más lento. ¿Lo escencial? Además de las herramientas, hazte con un traje de baño de una pieza, un gorro de baño, zapatillas antideslizantes y una bata de baño. Recuerda, tanto en la piscina como en el mar, mimar la piel y el cabello después del entrenamiento, utilizando productos específicos que puedan aportarte hidratación y comodidad.