Los dolores post-entrenamiento son un gran clásico (y no solo para principiantes), pero existen trucos sencillos y efectivos para paliar esta molestia No tiene nada de malo querer mantenerse en forma, de hecho la actividad deportiva (aunque sea ligera) es muy recomendable para todas las edades grupo. Sin embargo, como siempre, la cuestión debe tomarse en serio, evitando emprender tareas demasiado difíciles que pueden llevar al cuerpo a esfuerzos tales que causen dolor y problemas en los músculos y las articulaciones. Los dolores posteriores al entrenamiento (DOMS) son comunes, no solo entre los que hacen ejercicio por primera vez, y con algunos trucos simples puedes aliviarlos de manera efectiva. Antes de saber cómo hacerlo, recuerda: hacer ejercicio es bueno, pero solo si sigues un programa de ejercicios que se adapte a tus necesidades específicas. No es cierto que un esfuerzo excesivo corresponda a mayores resultados, siempre procede de forma gradual y, si no eres realmente un experto en la materia, déjate asesorar y seguir por un profesional. Mientras tanto, toma nota de estos trucos para aliviar el dolor post-entrenamientofácil de poner en práctica incluso en casa!
Sigue moviendote
Cuando estás en medio del dolor post-entrenamiento, lo primero que te viene a la mente es sentarte o acostarte por un momento para recuperarte. Sabes que en cambio No es una buena idea en absoluto? Uno de los trucos más sencillos para aliviar el dolor post-entrenamiento es hacer exactamente lo contrario, que es seguir moviéndose con ligereza y sin demasiado esfuerzo. El movimiento ayuda fase de recuperación, mientras que por el contrario detenerse bruscamente podría representar un trauma adicional para tu cuerpo. Optar por algo ligero y no demasiado exigentes, como una caminata lenta o un paseo en bicicleta muy corto (¡en línea recta, ciertamente no en un camino lleno de baches!).
Regálate un descanso saludable
Si después de su última sesión de entrenamiento está agotado y siente molestias y dolores, debe agendar unos dias descanse para que su cuerpo tenga tiempo de recuperarse por completo. Como dijimos antes, detenerse por completo después de un entrenamiento intenso no es una buena idea porque el cuerpo podría sufrir este cambio repentino. Pero un día (incluso dos) de descanso le permite aliviar los dolores posteriores al entrenamiento y prepararse para reanudar sesión normal de ejercicios que sueles hacer. Al día siguiente o los siguientes dos días, intenta hacer algo ligero, optando por ejercicios que sean sencillos y que no requieran un esfuerzo excesivo. Limítese, por ejemplo, a una buena enfriamiento aeróbico que sirve para «reoxigenar» los músculos, evitando que la inflamación del DOMS se intensifique.
No olvides el calentamiento
Por mucho que parezca aparentemente superfluo, un buen calentamiento muscular evita dolores post-entrenamiento. Sabemos que llevados por la adrenalina y la emoción del momento puede parecer una «pérdida de tiempo», pero créanme que no es así. Antes de continuar con la sesión de entrenamiento, unos minutos de calentamiento preparan tu cuerpo para afrontar los ejercicios reales, en primer lugar porque reduce drásticamente el riesgo de lesiones y trauma muscular y luego porque aumenta la temperatura corporal. por que es tan importante? El asunto es muy simple: al calentar los músculos, yo las telas se vuelven más elásticas y preparados para afrontar cada uno de los ejercicios sin provocar esfuerzos que puedan dañarlos. ¡Y además se vuelven aún más fuertes y resistentes!
Usa una fuente de calor
Usar calor es uno de los trucos más comunes para aliviar el dolor después del entrenamiento y es fácil de implementar. aunque estés en casa y no en el gimnasio, seguido de un entrenador personal. El principio a seguir es muy simple. Si después de tu entrenamiento habitual te sientes roto y notas que te duelen los músculos, aunque hayan pasado 48 horas desde tus ejercicios, aplica fuentes de calor en la parte dolorida estimula el flujo sanguíneo aliviando la tensión muscular y ayudando a que su cuerpo se sienta mejor después de unos minutos. Sin embargo, tenga cuidado. No decimos pegar una pierna al radiador o apuntar el secador de pelo al área afectada por el dolor. ¡De esta manera solo empeorarías la situación, inflamando aún más los músculos e incluso poniéndote en riesgo de sufrir quemaduras! el truco es aplicar una toalla caliente (tibio, no caliente) en la parte que te duele. Mantenlo en su lugar durante unos minutos hasta que comiences a sentir los primeros beneficios. Alternativamente, puede confiar en un dispositivo profesional como una almohadilla térmica, una especie de manta que produce calor gracias a la electricidad.
Recibe un buen masaje
Los masajes, una de las cosas más bonitas del mundo: te relajan, levantan el ánimo pero también son útiles. Y lo son especialmente cuando estás sujeto a los clásicos dolores post-entrenamiento y quieres aliviarlos, pero los «trucos» habituales no funcionan. Confía (obviamente) en las preciosas manos de un profesional, que sabrá aconsejarte sobre el masaje que mejor se adapta a tus necesidades. De hecho, no todos están indicados para los dolores musculares y, de hecho, algunos (los más «energéticos») podrían empeorar aún más la situación. Mejor optar por un masaje suave, que utiliza un ligera presión sobre los músculos. El dolor a menudo es causado por las llamadas contracturas, que pueden ejercer presión sobre su rendimiento deportivo. Por eso, con un masaje deportivo (o descontracturante) puedes relajar tus músculos y aliviar el dolor, reoxigenando el cuerpo y permitiendo una recuperación rápida y eficaz!